Las estaciones y el Hanafuda




El Hanafuda es un juego de cartas japonés compuesto por 12 palos, cada uno corresponde a un mes del año y está representado por una flor o planta junto a motivos de animales, alusiones a la poesía, y otros objetos de la cultura japonesa. Estas plantas y flores son representativas de cada estación pero además tienen un carácter simbólico muy fuerte.


enero: pino
                         febrero: ciruelo
                                                         marzo cerezo
                                                                                 abril: glicina japonesa (wisteria)
mayo: iris
                  junio: peonía
                                         julio: lespedeza (trebol japonés)
                                                                                      agosto: susuki (pastizal plateado)
septiembre: crisantemo
                                       octubre: momiji (arce)
                                                                          noviembre: sauce
                                                                                                        diciembre: paulonia

Es importante tener en cuenta que los meses a los que hacen referencia las cartas corresponden al calendario lunar y no al actual. Por lo tanto, cuando hace referencia a enero, en realidad es el febrero de nuestro calendario actual. El mes para ver los sakuras florecidos en el calendario actual es abril aunque en las cartas dice marzo. Y así con todos los semás meses.

Japón tiene una larga tradición de juegos de cartas. En un principio eran juegos de la nobleza, pero con la llegada de los portugueses se popularizó, especialmente como juego de apuestas. Los gobiernos fueron prohibiendo las cartas ni bien se hacían populares dado que las apuestas eran ilegales. Sin embargo el hanafuda escapó a esta regla, quizá porque no tenía números y sus imágenes eran símbolos muy arraigados en la cultura japonesa. Así fue como a la sombra de esta buena imágen se desarrolló un próspero negocio de apuestas. Porque a pesar de no tener números impresos, las cartas tenían valores asignados que permitía jugar como si los tuviese. 

A fines del siglo XIX, el juego de apuestas con cartas de flores se había hecho muy popular. Su fabricación resultó ser un gran negocio para una empresa que ha llegado hasta nuestros días. Aunque parezca insospechable, la actual empresa de videojuegos Nintendo comenzó vendiendo juegos de carta hanafuda cuando todavía ni se soñaba con los videojuegos. Así estas cartas perduraron hasta nuestros días y actualmente es un juego popular en varios países de oriente.





Las cartas se componen de doce palos y cuatro cartas por palo. Además, cuando el dibujo de la planta está acompañado por algún objeto o animal, tiene más valor. Algunos ejemplos son, el pino con la grulla y el sol, el ciruelo con cintas poéticas, el sakura con una cortina o telón, el lirio con un puente, la peonía con mariposas. También está presente el jabalí, la luna llena, los gansos, el vaso de sake (que es el comodín), el ciervo, la golondrina, la rana, el calígrafo y el ave fenix.


Algunas combinaciones tienen mayor puntaje como por ejemplo las flores de cerezo con el vaso de sake, haciendo clara referencia a la tradicional fiesta de hanami que se celebra en Japón en la primavera.


Los dibujos simples y cargados de simbolismo de estas cartas nos hace pensar que este es uno de los tantos casos en los que el sentido estético se impone en la historia japonesa, permitiendo que este juego perdure hasta hoy.







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Conocé este hermoso set para hacer grullas. Los motivos tradicionales de las cartas Hanafuda han sido editados para que los diseños queden sobre las alas de las grullas, las que también quedan con un elegante borde índigo característico de estas cartas. Para que los dibujos se aprecien mejor es preciso plegarlas de una forma especial que llamamos "grullas trapecio. Aquí te dejamos un tutorial para aprender a plegarlas así.

Orifuda